la gracia de la puerta

La puerta es una apertura deliberada que se ejecuta en una construcción, ya el arquitecto se predispone ha designarle un sitio, un lugar. Parece que la puerta se involucra de manera tan natural con lo habitable, todo lugar debe tener una entrada y ya la misma entrada nos marca el inicio de la separación, nos indica que ya hay un terruño para la división. La puerta permite el paso, un tránsito del afuera al adentro, este tránsito no siempre se da del exterior al interior pero lo que si se puede sentenciar es que la puerta es una división. La puerta separa un lugar de otro, la puerta sólo puede abrirse recurriendo a la voluntad del otro, la puerta es un vestigio que acumula una porción de deseo, toda puerta divide, cierra, delimita, pero puede, en un caso amble, ser el signo que nos hable de las relaciones humanas de la época. Las puertas son una abertura que no tienen la naturalidad de un pestañeo pero que si poseen la voluntad de aquel que abre y cierra los ojos ante lo que ya habita ahí. La puerta enaltece en su interior un espacio habitable y en su exterior una señal de lo que adentro se esconde, la puerta permite y crea un espacio para la intimidad, la puerta abierta podría ser signo de confianza pero la puerta cerrada clausura la intromisión de aquel que se presenta como extraño, las puertas en un sentido sólo se abren para aquellos que me son familiares, los extraños sólo conviven en el exterior, en lugares comunes, las puertas son esos espacios que se abren con la hospitalidad sin condiciones.

Comentarios

Sabina K. Novák ha dicho que…
Sé que será una pregunta ociosa, y me ganaré uno de eso silencios extraños como los de la noche anterior, jeje, pero ¿Cómo puede entrar de frente un círculo, triunfal, pomposo, en esas estructuras estrechas y cuadrangulares?...A mi me sucede eso, no entiendo el mundo cuadrado, me es aburrido...el mi acceso es un tobogán...

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